martes, 31 de julio de 2012

LOS ANTISISTEMA Y LOS PROSISTEMA

El pasado domingo el diario El País publicaba un amplio dossier sobre la evolución del voto y algunas opiniones más, desde las últimas elecciones generales. En su análisis se reflejaba el derrumbe del PP desde la última batería de recortes del mes pasado (8 puntos) y lo poquísimo que se beneficia el PSOE de dicho batacazo. El diario continuaba afirmando que ese enorme desencanto se traspasaba fundamentalmente a IU, que recoge a los votantes indignados de la izquierda, y a UPyD, que saca partido de la bandera antisistema. También en el Parlamento últimamente se ha puesto de moda este calificativo para definir a la formación magenta. Pues bien, al hilo de esta cuestión, me parece interesante y conveniente reflexionar con objetividad acerca del calificativo de antisistema para el partido de Rosa Díez. 


Desde su creación, UPyD se ha distinguido, a mi modo de ver, por dos líneas de actuación muy claras y definidas: Una lucha feroz y sistemática contra la corrupción, las mentiras y los privilegios de la casta política y los prebostes en general (banqueros, etc) y una defensa a ultranza de la unidad del país, tratando de acabar con la jaula de grillos o el camarote de los Hermanos Marx en que lo ha convertido esa misma casta política y que ha llevado a un modelo de estado ingobernable, ruinoso y donde reina la desigualdad entre los distintos territorios y por tanto entre los ciudadanos españoles, se supone, solo se supone, que todos iguales ante la ley. Todo ello, en mi opinión, puede dar lugar a distintos tipos de calificativos según el ideario político de quién opine sobre UPyD, pero difícilmente sus banderas ideológicas podrían calificarse de antisistema. Y es que, si UPyD es antisistema, entonces ¿Cuál es el sistema y quién lo apoya? La respuesta parece obvia pero pese a ello voy, a continuación, a desarrollarla con ejemplos concretos. 


¿Rodrigo Rato, Miguel Blesa y toda la cúpula de Cajamadrid, Bancaja y Bankia, son prosistema para El País, con sus enjuagues políticos durante años, su fusión bancaria y sus preferentes? ¿Y Carlos Dívar, con sus viajecitos y su derecho a indemnización de más de 200.000 euros, es prosistema? ¿También lo es Mª Antonia Munart, condenada por unas actuaciones sin duda dignas de encomio, y desde hace muchos años siempre en la cúspide política de las Baleares sin haber ganado jamás unas elecciones? ¿Es prosistema D. Francisco Camps, hombre de moda y a la moda con su nuevo diseño masculino de trajes de correas? (Ni cinturón ni tirantes, ahora se llevan las correas). Si no es así, quizá entonces lo sea para el diario, D. Alfredo Saez, condenado e indultado, dado su buen ejemplo y mejor sueldo, ¿verdad? Y D. Carlos Fabra, ¿Es prosistema o antisistema, tal vez? O puede ser que él sea una cosa y su megaestatua la contraria. ¿Qué decir de Diaz Ferrán, prohombre empresarial donde los haya? Y a lo mejor los dirigentes de Caja Castilla la Mancha, Caixa Cataluña, Nova Caixa Galicia y la Caja del Mediterráneo también son prosistema y sus sueldos, bonus, prejubilaciones y prebendas están del todo justificadas y han contribuido a la mejora económica y general del país, como ya hemos visto y comprobado muy requetebien, la prueba es que la UE nos aplaude y reconoce todos los días por ello. Finalmente y recién sacada del horno, Angeles Gonzalez Sinde es una ferviente prosistema, y obviamente defiende lo que el sistema tenía instaurado para personas como ella desde hace muchos años. Sin lugar a dudas todos estos prohombres y muchos más, rotundamente prosistema, dado que han formado parte de su élite dirigente desde 1.980 en adelante, han sido los que han llevado a España a su actual situación de gloria, prestigio y poder económico y social, reconocida y admirada dentro y allende nuestras fronteras. 


En fin, como me imagino que la respuesta a todas mis preguntas anteriores habrá sido positiva, dado que todos ellos se encuentran en las antípodas del ideario antisistema de UPyD, habrá entonces que convenir, por deducción lógica, que los miles o millones de ciudadanos perjudicados por la actuación ejemplar de todos los anteriormente citados serán también inequívocamente antisistema, lo que lleva a concluir que el 80% del país es antisistema, cosa que no se corresponde en absoluto con los resultados electorales de UPyD, por mucho que estén subiendo últimamente.


En definitiva, parece que para El País el sistema es el orden económico y social que nos ha llevado hasta donde estamos en estos momentos. Y también parece que El País está plenamente orgulloso del mismo y se alinea con él sin ningún tipo de disimulo. Cabe deducir entonces que El País defiende continuar con el mismo sistema y los mismos o parecidos próceres prosistema para lograr sacar al sistema del agujero negro donde nos han metido los mencionados prosistema. Aunque lo parezca no es un juego de palabras, es la conclusión de un razonamiento lógico.


Por contra los antisistema, con UPyD a la cabeza, son aquellos que se rebelan contra este modélico establishment y por tanto deben ser perseguidos dada su peligrosidad para el sistema, por demagogos y populistas. Y es que todo el que está contra el sistema es demagogo y populista por definición y punto pelota.


Pero si no fuera así y resultara que El País está también claramente en contra de este sistema (Ojalá), entonces solo caben dos preguntas finales: ¿Qué ha hecho El País durante todos estos años para derribarlo, teniendo en cuenta su evidente podredumbre? ¿Por qué ataca ahora a los que intentan pelear contra él y contra sus acérrimos defensores? Que cada uno saque sus propias conclusiones y actúe según su conciencia.





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